La barbarie de Algeciras
El 25 de enero Algeciras sufrió un ataque terrorista sin precedentes en la historia de esta ciudad.
Un vil asesino se llevó la vida de una buena persona, que era querida por todos los vecinos. Las calles y las redes sociales se inundaron de palabras bonitas hacia Diego Valencia, un hombre que nunca dudó en ayudar a quien lo necesitaba, que convivió codo con codo con muchas culturas y que le arrebataron la vida cuando pedía auxilio.
Su muerte está abriendo una caja de Pandora, donde hay quien está dejando salir sus demonios ataviados con todos sus prejuicios. Van juzgando y atacándose unos a otros sin pensar, ni analizar la verdadera realidad.
No se puede negar ni ocultar los datos, no hay que tener miedo a decir la nacionalidad de un asesino por temor a que te tachen de racista, pero tampoco se le puede juzgar a toda una comunidad por lo que haga un individuo.
El terrorismo ha estado muy presente en España durante muchos años y eran españoles los que mataron a sus paisanos por motivos políticos. Cualquier pensamiento radical, ya sea religioso o político, más tarde o más temprano solo trae dolor.
No es el momento de crucificar o excluir a los que no tienen tu misma creencia, porque ellos también pueden ser víctimas de un asesino.
Sus palabras de apoyo, de dolor y de condena hacia este ataque están siendo cuestionadas por muchos y creo que no debemos ignorar los años de buena convivencia entre las culturas de las dos orillas.
La comunidad musulmana que vive en este pueblo, no son todos los que se ven pasear por las calles.
Algeciras es una ciudad de paso, que acoge temporalmente a muchas personas de diferentes nacionalidades.
El problema no está en cuanta gente de otros países hay, el problema es como bien dice su alcalde José Ignacio Landaluce, la falta de medios y dotaciones a la que está sometida esta zona.
Señores del gobierno, ¿Cuándo vais a escuchar a quien está viendo los problemas a pie de calle?
Es muy fácil poner un tuit culpándose unos a otros o sentarse en un despacho a cientos de kilómetros, para mirar a otro lado y no mojarse demasiado.
¿Cuántos terroristas, asesinos y criminales de todo tipo habrán pasado desapercibidos por estas calles?
Demasiado poco ha pasado durante todos estos años, en los que estamos viendo como cada día aumenta la incertidumbre de saber si algún cruel asesino, cometería una barbarie como la que ha sucedido.
Pues, ya ha llegado ese fatídico momento ¿Y ahora qué?
Pasará la actualidad y volveremos con nuestro día a día. En los despachos se seguirán amontonando los informes donde se pide ayuda, seguiremos debatiendo quién es el culpable, si es terrorismo o un loco asesino. Pero lo indiscutible es que Diego nunca más podrá pisar las calles de su querida Algeciras y ojalá que su muerte sea más que una página de la crónica negra, que marque un antes y un después en esta lucha.
Allá donde estés mira como te quiere tu pueblo, ahora no solo eres "Diego el del Carmen", "Diego el sacristán" o Diego Valencia, ahora eres un símbolo en Algeciras. La imagen de un valiente que perdió su vida en una lucha incomprensible.
Sigue llenando de flores tu camino, que el cielo ya lo tienes ganado.
Juanma Moreno y Jose Ignacio Landaluce |
Imágenes de www.diarioarea.com e Iñigo Diarte